Yo quiero un Mevio.
Yo, ya no quiero más un novio,
quiero un medio.
Y para vos quiero un tevio.
Yo, ya no quiero más un novio.
Porque si yo busco un novio,
luego viene el casamiento.
Y eso es seguirme noviendo.
Porque cuando dices: “estoy con vos en casa”;
entonces estás diciendo: “aunque tu sabes que miento”.
Yo, ya no quiero más un novio.
Porque la vez que tuve un novio,
se fue y novio.
No vio lo que yo era.
No vio que yo allí estaba.
No vio que lo esperaba.
No vio que yo lo amaba.
Yo, ya no quiero más un novio,
quiero un mevio.
Y para vos quiero un tevio.
Y desde entonces sabrás,
que es un casaverdad.
Sandra (Argentina)
Las palabras crean cosas. Santo Tomás de Aquino.
Si las palabras crean las cosas, entonces cuando digo que quiero un novio estoy declarando con mi boca una persona que no ve. Es por eso que las relaciones de pareja no resultan. Y la otra persona se va, porque lo que estoy pidiendo para mi mida es un novio, una persona que no me ve. Y si después de tener un novio me casé, la relación de pareja seguirá no funcionando, porque lo que declare y concrete con esa persona fue un casamiento, lo cual se puede traducir miento en casa. Mentir en casa es una nueva forma de seguirte no viendo. En cambio si nuestras palabras fuesen otras, las cosas serían otras. La relación de pareja sería feliz porque tendría un mevio (alquien que tuvo la capacidad de verme) o un tevio (alquien que tuvo la capacidad de verte). Y con esa persona lo que tendrías es un casaverdad, para que tu posterior relación sea que estés en casa con él, te diga la verdad y seas feliz. Y sea feliz.
Sandra
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