Todos
los días vosotros, los humanos, nos miráis sin vernos y nos usáis
sin daros apenas cuenta. Hoy que contamos con vuestra atención
queremos aprovecharla, para deciros que somos cosas, es verdad, pero
no cosas sin importancia. Lo vais a ver ahora mismo. porque vuestra
existencia y la nuestra transcurren en paralelo, lo que nos pasa, os
afecta: compartimos el mismo mundo, entramos y salimos del inventario
combinando una y otra vez los mismos elementos, la tierra, el agua,
el aire, el fuego...Muchas veces a algunos se os olvida, aceleráis
el ritmo y os vais por vuestra cuenta. Esto no es una amenaza ni una
queja, es una advertencia, un consejo de amigo. Lo hacemos también
por nosotros. Os hemos cogido cariño, no quisiéramos perderos de
vista (la Tierra sería muy aburrida sin vosotros), pero cada vez
estáis más lejos y sois más descuidados. Nosotros no podemos hacer
nada, sólo ver cómo os vais marchando...en fin, si ese es vuestro
deseo, adelante. Os echaremos de menos, eso sí, pero el mundo
seguirá girando, como siempre, al ritmo que todos podemos seguir; no
es culpa nuestra si se os olvida que formáis parte de la misma
naturaleza de la que nosotros salimos y en la que nos disolveremos
algún día. La diferencia esencial entre vosotros humanos y el resto
de las cosas que componen el universo es que nosotros no tenemos
tanta prisa por desaparecer.
Escuchadnos
un momento, no os cuesta nada y os conviene mucho. Dejemos hablar en
primer lugar al tomate.
Como
dice la canción 'que culpa tiene el tomate de estar tranquilo
en la mata, si viene un humano y lo mete en una lata y lo manda pa
Caracas'. Hay tomates que se crían para ser pisto, como un
compañero, Ataulfo, y otros como yo, K44, nos crían con el destino
de ser ketchup o tomate en lata, los primeros desayunan estiercol y
agua, pero yo no tengo habitantes indeseados porque me perfuman con
pesticida. Los Ataulfos tienen un cutis más delicado (se arrugan
antes), pero tienen un sabor inconfundible, que combinado con aceite
y sal, es una auténtica delicia. Los Ataulfos no han recorrido medio
planeta como los K44, no han navegado por océanos como yo, pero me
dan envidia, tienen muchos amigos en la huerta de Almoradí:
berenjenas, pimientos, lechugas, calabacines, alcachofas, incluso
cítricos como los limones.
Si
en la dieta de los marinos hubieran estado los limones y las naranjas
no hubieran conocido el escorbuto. Qué harían los humanos sin
nosotros, las naranjas y los amarillos, tan presentes en su día a
día, estrujarnos en las casas por las mañanas, con el olor a café
y pan tostado... todos los sentidos despiertos, el humano bebe
nuestro jugo con mil y una muecas. Pero nos han dejado de exprimir en
los hogares de los humanos, ahora venimos en unos envases
geométricos, compuestos por plástico, cartón y aluminio, los
llaman tetra-bricks, y nuestro compañer@s nos han contado su
historia.
El
aluminio ha recorrido miles de kilómetros, estaba en el hogar de los
Donghari, en la India, humanos que luchaban porque el aluminio
siguiera siendo bauxita, para que cultivaran sobre las montañas a
las que pertenecía, sin éxito.
El
cartón nos da mucha envidia, porque nos recuerda a cuando estábamos
en la planta, respirando oxígeno, bebiendo agua.
Y
el plástico ha tenido una vida muy difícil y larga de contar, qué
fue una especie de caracol marino, y que se quedó enterrado
muchísimo tiempo, muy raro todo, el caso es que está preocupado
porque dice que los humanos están locos, que piensan que siempre va
a estar ahí el petróleo, y que él sabe que queda poco, porque lo
utilizan para mover las cosas, y ahí el aluminio, tan lejos de su
casa, está muy de acuerdo, que ha viajado y viajado quemando
petróleo para llegar a ser envase, y después para llegar al
supermercado, y más tarde para llegar a una casa, y le da miedo el
momento en que ya no tenga nada dentro, se quede vacío, sin zumo, y
acabe quién sabe donde, sin futuro.
Por
ahora no se quiere preocupar, un niño, Esteban, nos ha metido en la
mochila, y el tetra-brick con nosotr@s vamos de camino a la
escuela, sabemos nuestro destino porque vamos acompañados de
libretas, libros, un estuche (lleno de lápices, rotuladores,
sacapuntas...). La mochila viene también de muy lejos, ha pasado por
las manos de un niño que no va la escuela, trabaja doce horas al
día, y le dan un dólar y dos cuencos de arroz. Esteban no se ha
preguntado la historia de su mochila, la escogió porque es de marca,
y sería la envidia de sus amig@s.
El
plástico de la mochila hace muy buenas migas con el plástico del
tetra-brick, del bolígrafo, de la cremallera del estuche, del
portafolios, y de la carpeta.
El
libro dialoga con el cartón del tetra-brick, no pueden
contarse mucho, porque el libro que lleva Esteban a la escuela,
titulado 'La escuela del mundo al revés' está hecho, en parte, de
papel reciclado. Todas las cosas de la mochila están muy contentas
de saber que hay humanos conscientes, el libro tiene escrito, en la
última página, su mochila ecológica (muy distinta a la que lleva
Esteban en la espalda). La mochila ecológica es la cantidad de
materiales necesarios para el ciclo de vida de un producto, de una
cosa, Esteban lleva con el libro dos litros de agua, ¿lo sabrá?
Todas
las cosas que escuchan la explicación del libro 'La escuela del
mundo al revés' están contentas de que haya humanos sin prisa por
consumir y consumir.
El
compás dice 'Esta información debería salir en los periódicos de
los humanos'.
'En
la primera página' comenta la goma de borrar. '¿Y cómo sería el
artículo?' dice el estuche.
'Así
lo empezaría yo' dice el lápiz, y comienza a garabatear:
'Los
humanos tenemos las estanterías llenas de libros. Los leemos, a
veces, sólo una vez, y los almacenamos. Libros que se aburren, que
quieren ser leídos, que quieren más miradas, pero no son sólo
libros, son litros de agua, bidones de petróleo, memorias de árboles
con raíces...'
El
compás vuelve a tomar la palabra, 'Cosas, ese artículo no interesa,
para vender periódicos necesitaríamos una buena imagen, y un buen
titular en el artículo que lo acompañara en portada, por ejemplo,
“la muñeca Barbie vuelve a estar de moda”,
así son los humanos.
Todas
las cosas quedan pensativas, si eso pasara... las familias humanas
volverían a comprar Barbies, las muñecas perfectas, bellezas de
plástico en pequeño que quieren ser imitadas por las adolescentes
de carne y hueso.
Y
una peonza de madera que escuchaba toda la conversación en silencio
decide intervenir: 'Os digo, y he dado muchas muchas vueltas durante
mi vida, que la Barbie nunca va sustituir a cosas como yo.'
El
resto de cosas ríe, y confía en que los humanos, sin dar tantas
vueltas, se revuelvan, y escuchen las palabras silenciosas de la
peonza. Se abre la cremallera de la mochila, nos ponemos nerviosos...
pero la mano de Esteban persigue otra cosa, un cajetilla de tabaco
que hay en un bolsillo pequeño. Doce años y fumando, así son a
veces algunos humanos, no cuidan las cosas, ni sus células.
Texto Performance La Rebelión de los Productos
Trobada Almoradí, Junio 2012
La temática del blog y, por lo que veo, la del proyecto, es parecida a la de Izquierda Unida. ¿Me equivoco? Jejeje
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