dijous, 15 de novembre del 2012

El funcionamiento especulativo de los mercados

Con un simple programa informático cualquier persona puede comprar o vender deuda y al hacerlo, nos dejan cuatrocientas veces el capital que tenemos. Josef Ajram nos cuenta cómo funciona el engranaje de los mercados. Jordi Évole se convierte en un especulador y vende bonos americanos.

1 comentari:

  1. Esto, lo que muestra en el ordenador con el "misterioro software" (en realidad todos los brokers tienen alguna interfaz para operar en bolsa o en otros mercados, no tiene nada de especial) es la vulgar venta de un bono.

    Además, la operativa en corto (apostar a la baja de un valor) y la operativa apalancada (invertir con acciones o activos "prestados" -más que con dinero en sí mismo-) son cosas diferentes. Por ejemplo, te puedes apalancar a largo (apostar a crédito por la subida de una acciónm aunque eso sí tiene riesgos enormes).

    ¿Realmente crees que un broker va a dejar así como así que un cliente opere con un apalancamiento del 400 veces lo invertido? Nadie haría una cosa así. Piensa que los apalancamientos normales de los ETF son de 2x (un 100%). En realidad, en lo que dice hay un truco: si te apalancas a corto, "hasta 400 veces" no es el capital que inviertes multiplicado por 400, sino muchíiiisimo menos, dado que apuestas por una reducción del valor, y cuanto más se reduzca menos cuesta el apalancamiento. Por eso mismo existe un límite de ganancia cuando se opera en corto (una acción no puede perder más del 100% de su valor) mientras que no existe límite matemático para las ganancias a largo (una acción puede -teóricamente- multiplicar su valor 2x, 3x y nx.

    Por cierto, en España están prohibidas las operaciones a corto por orden del Gobierno, para dejar fuera de los mercados a quienes especulan con bajadas de activos españoles. ¿Crees que eso está ayudando a salir de la crisis? Para nada, porque el problema no es de movimientos especulativos, sino de fundamentales económicos. Didho de otro modo, si la economía española fuera saludable y productiva, pocos se atreverían a especular a la baja con nuestra deuda, porque tendría todas las de perder. El problema, insisto, no son los especuladores, sino las malas políticas económicas y la debilidad de los fundamentales.

    Y, por último: Josef Ajram no es ninguna autoridad. En su web vende camisetas y pulseras. Y encima es daytrader. La gente que de verdad gana dinero con la bolsa, los Buffet o los Lynch no se dedican a especular intradía.

    Conclusión: Jordi Évole haría mejor en buscar a alguien más serio, aunque al hacerlo deba renunciar a este amarillismo del apocalipsis financiero.

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